Dar un paseo por el Cuerno de Oro y conocer la historia de este estuario en forma de cuerno que desemboca en el Bósforo y divide la parte europea de Estambul en la ciudad vieja y la parte de Gálata.
Está considerado como uno de los mejores puertos naturales del mundo y según la leyenda su nombre se debe a la cantidad de objetos de valor que los bizantinos sumergieron en sus aguas durante la conquista otomana.
Hoy en día, sus costas están repletas de hermosos parques y paseos.
Es una zona muy visitada por los turistas. De los tres puentes que existen en el cuerno de oro el más paseado es el de Gálata, ya que desde ahí se contemplan unas hermosísimas vistas del casco antiguo de la ciudad. Este puente que une Eminonü con Gálata cruza la desembocadura del cuerno de oro en el mar Bósforo y desde ahí se pueden tomar los barcos para disfrutar de las bellezas de los dos mares. Los otros dos puentes son menos turísticos aunque entre ambos se sitúan dos barrios antiguos muy importantes para la historia de Estambul: Fener y Balat.
Barrios para visitar en Cuerno de oro
Fener era el barrio de los griegos. Allí encontrarás la Mezquita de la Rosa, una iglesia bizantina convertida en mezquita tras la conquista de Estambul; el Patriarcado Griego de Fener, el centro de la ortodoxia, de gran valor espiritual; la Escuela Roja, un antiguo edificio construido de ladrillos de color rojo o la iglesia búlgara de Sveti Stefan, construida de hierro en su totalidad.
Balat es conocido como el antiguo barrio judío. Allí se pueden apreciar edificios de diferentes religiones en un corto espacio: sinagogas, iglesias o mezquitas. Dos edificios importantes de esta zona son la Mezquita de Ferruh Kethuda y la sinagoga de Ahrida, la única sinagoga abierta en Balat, construida en el siglo XV por los judíos.
Fener y Balat han sido declarados patrimonio nacional de la humanidad por la Unesco.
Sus contrastes entre religiones en una zona tan limitada llaman enormemente la atención de los turistas.