La Iglesia de Santa Irene es una de las primeras iglesias construidas en Estambul, ya que, se cree que fue mandada a construir por el emperador Constantino en el siglo IV sobre las ruinas de un antiguo templo paleocristiano. Experimentó su primera gran remodelación en el siglo VIII, en la época de Justiniano, y pasados los siglos, con la conquista otomana, la iglesia pasó a formar parte del magnífico palacio Topkapi (se encuentra en su primer patio).
Arquitectónicamente Santa Irene tiene un gran valor. Consta de una nave central y dos laterales y lo más interesante es que su cúpula no descansa sobre pilares, sino directamente sobre las bóvedas de cañón transversales que llegan hasta los muros exteriores y que permiten crear una curiosa tribuna abovedada levantada sobre las columnas que separan las naves laterales de la central.
Al formar parte del palacio Topkapi, uno de los monumentos más importantes de Estambul, puede pasar desapercibida, pero merece la pena ver su interior, austero en decoración pero magnífico en cuanto a proporciones, ejemplo de templo bizantino. La mejor manera de acceder es subiendo por detrás de Santa Sofía (llegando a Cankurtaran), en el barrio de Sultanahmet al que puedes llegar en el tranvía.
En la actualidad, esta iglesia museo se utiliza fundamentalmente como privilegiada «sala de conciertos» dada su excelente acústica. Normalmente permanece abierta todos los días excepto lunes (puede estar cerrada por los preparativos de algún evento en cuyo caso tendrás que solicitar permiso para acceder). Si tienes la suerte de ver programado un concierto (no sólo música clásica, también jazz) aprovecha y no te lo pierdas, será una excelente manera de descubrir esta iglesia centenaria.